Menuda primaverita que llevo amiguitos, como pa volverse loca, primero que si los olores, después que si las pinturas, los grafittis, los colorines, los colorados, los cuentos que acabaron y los que comenzaron. Pero lo último de lo último de mi ya metamorfoseada existencia primaveral, lo ultimísimo que os voy a contar, es lo de mi incipiente papiroflexia. Así como lo oís, sin más; Y es que, puedo asegurar y aseguro que llevo unos días que ando papirofléxica perdida.
Lógico que ahora os preguntéis que como es eso de estar papirofléxica, pero que no cunda el pánico que yo os lo explico en un plis plas, que es la onomatopeya más certera que hay que escribir para contar como una misma se pliega y se despliega para ir transformándose cual origami en plena metamorfosis mundana de planos y relieves. Probablemente sea eso, la dicotomía de querer ir para adelante, pero de la mano de lo que quedó detrás. Recuerdos. Tire y afloje. Me pasa, no lo busco. Dicen que sí… que no puedo vivir sin el conflicto en las venas. Crisis - Revolución – Cambio – Bienestar. Es que todo vuelve, siempre, pero renovado y fresco para volver a ser, para ser más, algo nuevo. Eso si con tremendas agujetas de tanto contorsionismo. Ay ay ayyy que no puedo ni andar!!!