Sueño (tórrido) de una noche de verano

Despierta el verano. A 40 grados de temperatura, las alucinaciones febriles se materializan y este lado de mi cama es colonizado por tu cuerpo. Sonríes para que no hierva mi piel y me abrazas y el mercurio del termómetro se convierte en el vendaval de mariposas que sembraste aquel día. Nos lo pasamos muy bien. Toda la noche. Me besas. Y nos besamos. Y me susurras al oído y deslizo mis manos bajando por tus laderas, por tus caderas, delineo la sencillez de tu tallo, mi mano se cierra para apreciar tu dureza. Te siento vibrar, deslizo las sábanas hasta tus tobillos, y con mis labios pegados a tus pies me deslizo, ahora yo, lentamente, subiendo por tus rodillas, saboreando la perfección de tus muslos y me detengo . Tus piernas se abren dándome paso a la fuente de mis deseos. Te estremeces, yo te llevo al clímax mientras me deleito entre las puertas del paraíso, de mi paraíso. Mientras, tus manos acarician mi ardiente cabeza y mi boca marca el ritmo de nuestra sinfonía. Me aparto bruscamente , desconcertado y ardiendo te quedas allí, embelesado y suplicante. Te escucho gemir y tu completa virilidad me convierte en presa , nuestros cuerpos ya se mueven a un mismo compás, a un mismo ritmo, mi piel en contacto absoluto con la tuya, adherida. Juntos nos elevamos, nuestras mentes se desconectan de nuestros cuerpos enajenados por la exaltación. Y llegando a la cumbre de mis emociones, estallo en una impresionante explosión de sensaciones.
Amanece



Foto: "Amanecer en Second Life" . Carlos M.